Hablamos con los tres últimos SOLO que llegaron a meta antes que nadie en la Non Stop Madrid-Lisboa: Sergi López (2018 y 2019), Jordi Pereira (2017) y Moisés Dueñas (2016).
Las frases:
Sergi López:
Jordi Pereira:
Moisés Dueñas:
'Superlópez' volverá a tomar la salida el
próximo 25 de septiembre, pero no lo hará solo. Formará equipo junto a su hijo
Martí, de 16 años. Este le hizo de asistencia en sus dos triunfos y el joven
aprendiz, viendo a su héroe, se ha animado a dar un paso más.
Pese a dominar la categoría solo en las
dos últimas ediciones, Sergi ha tenido momentos malos. Destaca sobre todo
"el calor que sufrí en 2018 y los momentos que en los que te quedas solo,
en la parte final. Vas más flojo y el resto de equipos, como pueden ir
cambiando de ciclistas, están más frescos y van más rápido. No les puedo
seguir. Hasta el 70% de la carrera vas con gente, pero al final ya no
puedes". El año pasado iba mojado y se quedó 'vacío' en la última parte.
Fue su momento más crítico. "En los últimos 30 km casi caminaba. Y eso que
había muy poco desnivel. No me podía sentar. Daba una pedalada y me paraba. No
bajaban los kilómetros: miraba el GPS y solo habían pasado 200 metros". De
hecho, hizo una hora y media menos que en 2018: recortó tiempo en todos los tramos,
menos en el último, donde sufrió la citada crisis.
La cabeza es muy importante en estos
momentos. "A veces me pregunto qué hago aquí. Pero animan las asistencias,
los compañeros...y eso te carga la pila para el siguiente tramo". Por
supuesto, hay que gestionar los pensamientos negativos que inevitablemente
surgen durante el camino. "Vas pensando que queda poco para llegar y que
tienes que acabar por la gente que te apoya, te quiere, por mi hijo, que me
está esperando en la llegada. Tiras de cabeza y orgullo propio".
La primera noche la superó bien, pero la
segunda ya es otro cantar. "En la segunda noche, cuando empieza a hacerse
de día, vas jodido". El cerebro no deja de funcionar durante las 48 horas
que estuvo sobre la bici el pasado mes de septiembre. Superlópez tiene su
propia táctica. "No hay que pensar en todo lo que te queda por hacer.
Piensas en la siguiente EH que está a tantos kilómetros. En mi Garmin iba
restando lo que quedaba hasta la siguiente EH. Es mi gran secreto".
La gente que conoce a Sergi López sabe
que no se calla ni bajo el agua. Por ello, cuando pedalea junto a otros en la
Non Stop, es un gran tertuliano. "Si el compañero que te toca es sociable
le esperas. Y si es borde, pues le dejo. La gente que me conoce sabe que me
quedo afónico en la grupeta, no me callo". Una buena manera de que los 770
kilómetros pasen más rápidos. Cada maestrillo tiene su librillo.
Solo 38 equipos le superaron en 2017, lo que tiene un mérito enorme. Y su táctica es ciertamente particular. "No hay que reservar mucho porque el cansancio va a llegar igual. Hay que aprovechar que aún estás fresco para ir lo más rápido posible. La gente me dice que tendría que reservar, pero no es lo mismo que una prueba de cuatro o cinco horas, que sí sirve. Reservar en la Non Stop no me da beneficios porque el tiempo que vas fresco lo pierdes".
No lo tuvo nada fácil porque sufrió cinco pinchazos durante la carrera que le hicieron perder un par de horas, en total. "Estaba desesperado. Tenía que ir llamando a mi asistencia en las EH para que me prepararan una cubierta o una rueda. Lo peor era pinchar de noche porque veía luces y me ponía nervioso hasta que veía el dorsal de los ciclistas: por suerte no me adelantó ningún solo".
Pereira, que pedaleó las primeras 12
horas junto a su hermano -también se atrevió en la categoría solo-, admite que
las noches son especiales. "Es un momento en el que estás tranquilo. Son
momentos para uno mismo que dan para reflexionar. Piensas en cosas que no
pensarías tu casa, en el trabajo o cuando vas con otros compañeros". Y,
por supuesto, también se acordaba de su familia. "De madrugada me
preguntaba si se habrían levantado o aún estarían durmiendo. Después, cuando
llegaba a una EH me enseñaban vídeos de mi hijo. Y algún año coincidió con el
aniversario de mi hijo".
La segunda noche fue mucho más dura.
"Castiga mucho. Te llegarías a dormir sobre la bici. Por eso cuando llega
a una EH hay que parar solo 3 o 4 minutos. Si estás más tiempo, te
apalancas".
Hay, por cierto, una anécdota que junta a dos de nuestros tres protagonistas. Jordi hizo la última etapa con Moisés Dueñas, camino de Lisboa. Iba en un equipo de 3 y se dedicó a arropar al que iba a sucederle en el palmarés. "Hablamos de ciclismo y aprendí mucho. Me dijo que había hecho etapas en el Tour y en la Vuelta, pero que hacer la categoría solo en la Non Stop era peor. Y yo le respondí que me llenaba de orgullo que él me dijera eso".
Gestionó bien la soledad porque
"siempre encuentras a alguien que te acompaña un rato. Así he hecho
amistad con un par de portugueses con los que he coincidido varias veces. Y
seguimos en contacto. Y en una misma edición coincidí con un madrileño en tres
etapas. Hay que tener en cuenta que en un mismo equipo hay gente que va más
lenta y otros van más rápido. Por eso pudo darse esa coincidencia".
Sin embargo, el momento más crítico no lo vivió en 2017 sino en 2016, también cabalgando en solitario. "En la etapa Alcántara-Cedillo tenía tanto dolor en piernas y brazos que se me pasó por la cabeza romper la bici. Pensé: O se me rompe algo de la bici o lo rompo yo para abandonar". Por suerte siguió adelante y llegó el tercero en categoría solo.
A nivel psicológico, sentirse arropado es fundamental. "Hay mucha gente que nos sigue a través de las aplicaciones y los tracks. ¡No me lo imaginaba! Esto ayuda psicológicamente. Por ejemplo el amigo que envía mensajes 6 de la madrugada del domingo". Otro apoyo fundamental es contar con sus padres como asistencias. "Solo confío en él. Si no va mi padre, no voy. Sabe buscarse la vida".
El exciclista profesional posee el récord
de la categoría Solo hasta el momento, con 39 horas 20 minutos y 48 segundos.
Lo curioso es que nunca había ido en bici de noche, pero le encantó la
experiencia, "sobre todo cuando empezaba a amanecer. Fue todo un
descubrimiento. Y navegar de noche, escuchando el ruido de los bichos por el
monte es algo diferente".
Sin duda, el hecho de haber sido ciclista
profesional y haber completado tantos entrenamientos en solitario le ha ayudado.
Sin embargo, "la cabeza es lo más importante. Como no tengas una buena
cabeza lo pasas mal. Hay que ir engañándola para llegar a la siguiente EH. Me
lo tomaba etapa a etapa. Llegaba a la EH y hacer un descansito. En ningún
momento pensé que eran 770 km. Si no, no hubiera llegado".
Cometió un gran error, pensando que los
200 kilómetros que tantas veces ha hecho entrenando en solitario le servirían
para esta aventura. Completó las dos primeras etapas de un tirón, sin detenerse
en la primera EH. "Pero llegué a Burgohondo de milagro. Me había pillado
un pajarón por no parar en la EH de Robledo de Chavela. Llegué con la vista
nublada a Burgohondo y me costó un buen rato recuperarme. Hay que parar a comer
y beber en todas las EH".
La Non Stop es una montaña rusa
emocional. "Hay momentos que vas bien, pero a veces te entran bajones.
Quizá porque no has comido lo suficiente y te sientes débil. El estómago se cierra a veces con tantas
horas de bici". Y hablando de tanto y tanto tiempo aplastando los pedales,
Dueñas admite que "te da tiempo a todo: a pensar, a desconectar, a
disfrutar...¡Y a arreglar el mundo! También se piensa en la familia". Sin
embargo, advierte que de noche hay estar más concentrado en la ruta porque
"no tienes la misma visión y puedes tener algún susto con una regadera o
un bache".
A modo de conclusión, además de aconsejar
comer bien, beber y ponerse ropa seca antes de iniciar una etapa nocturna, pone
énfasis en la asistencia. "Sin una buena asistencia lo tienes complicado.
Me lo tenían todo preparado para perder el menor tiempo posible. Mientras yo
comía, me revisaban y lavaban la bici". Todo ayuda a que las piernas y,
sobre todo, la cabeza funcione mejor.